Lu Zhihao es un niño chino de cuatro años que mide 1,10 metros y pesa 62 kilos ya que posee un apetito desmesurado que es todo un misterio para los médicos
Foto: REUTERS | Joe Tan
Lu Zhiao, de cuatro años, come un ala de pollo en un mercado de Foshan, provincia china de Guangdong
"A diferencia de la obesidad típica que se presenta en niños y adultos en la que posiblemente estén implicados varios genes y el ambiente, en casos como el de Lu, el defecto se debe a un solo gen y de tal potencia que les lleva a un apetito voraz e incontrolable porque ha perdido genéticamente el control del mismo", asegura el doctor José María Ordovás, director del laboratorio de Nutrición y Genómica del USDA-Human Nutrition Research Center on Aging de la Universidad de Tufts (EEUU), citado por el diario español El Mundo.
Según el galeno, esta anomalía afecta a individuos que carecen de piezas geneticas claves para controlar el apetito, por lo que ni siquiera una dieta sana sería suficiente para hacer frente al problema.
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